Madre del Redentor
Madre del Redentor, virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo, que tropieza y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre Virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores.
Bajo tu protección
Bajo tu protección
Bajo tu protección nos acogemos,
Santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Salve, Reina de los cielos
Salve, Reina de los Cielos y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella; salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.