Qué alegría saber que muchos hermanos de distintas partes de nuestra Diócesis, muchos jóvenes se reunieron para rezar un rosario a nuestra madre María y la celebración Eucarística en acción de gracias por la beatificación de Juan Pablo II celebrada por nuestro Obispo, monseñor Carlos García, en compañía de nuestros sacerdotes con la alegría de compartir todos juntos esta celebración.
A continuación publicamos un excelente artículo del padre José María Rojo.
LA IGLESIA DE LIMA SUR ANTE LA “PIEDRA DEL PAPA”
Cientos de personas se apostaron en muy poco tiempo a las 6 de la mañana del sábado 28 de Mayo frente al popular monumento “La Piedra del Papa”. Llegaron caminando o en bus desde todos los rincones de la diócesis de Lima Sur, desde Pamplona Alta en S. Juan de Miraflores hasta Pucusana, en la orilla del mar. Motivo, rezar el rosario de la aurora y celebrar una eucaristía en acción de gracias por la beatificación de Juan Pablo II. Justo ahí, ante una gran piedra con la inscripción “Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”, que recuerda la visita de Juan Pablo II a Villa El Salvador, Lima Sur, el 5 de Febrero de 1985. Era el encuentro del Papa Peregrino con los moradores de los Pueblos Jóvenes de Lima.
Fue en ese lugar donde Juan Pablo II, ante las sinceras y expresivas palabras de presentación del matrimonio Chero, describiendo la pobreza y la fe de las gentes de las barriadas, se salió del libreto e hizo una profunda reflexión espontánea, sobre el hambre espiritual –el “hambre de Dios”- y el hambre material –el “hambre de pan” y de todas las otras cosas esenciales que necesita toda persona humana para vivir dignamente-.
Justo ahora, más de 25 años después, antes de la Eucaristía, estaba con nosotros un testigo privilegiado: el P. Eugenio Kirke que estuvo en la organización de aquella histórica jornada. El nos relató con emoción cómo fue y el significado que aquella visita tuvo para el Perú entero y, en particular, para las comunidades cristianas de los Pueblos Jóvenes de Lima.
Nos recordó textos del papa destacando su compromiso personal y de la iglesia con los pobres y marginados y, como colofón, el P. Eugenio nos hizo escuchar una grabación con la propia y enérgica voz de un, entonces fuerte como un roble, Juan Pablo II. Ahí se inmortalizó para nosotros aquel grito que se ha simplificado en “Hambre de Dios SI, hambre de pan NO”.
Esta mañana resonaron con toda su fuerza aquellas palabras de nuevo en arenal (hoy toda una ciudad emergente).
Nuestro pastor, monseñor Carlos García, rodeado de un buen número de sacerdotes, presidió la eucaristía y no se cansó de animarnos al compromiso cristiano aunque a veces cueste.
Y pidió a la multitud que rezara para que pronto pudiéramos estar en el mismo lugar celebrando la canonización del ya beato Juan Pablo II. Algunas imágenes simpáticas, como la de niños elevados en los hombros del papá para poder ver, recordarían a esos mismos padres, es posible, que en otra mañana de 1985 eran ellos mismos los elevados en hombros para poder ver al papa rodeados de más de un millón de personas… Nuestro camarógrafo Angel, hoy con más de 30 años, fue uno de aquellos niños y tiene un vivo recuerdo aunque no pudiera entonces comprender quién era “aquel señor” a quien tanta gente salió a verlo, esperando horas para ello.
En un contexto electoral como el que estamos, imposible dejar de reafirmar sí, nuestro deseo de que el hambre de Dios crezca y nuestro compromiso de luchar entre todos para que el hambre de pan desaparezca. Imposible, así mismo, no recordar a nuestro gran poeta César Vallejo:
…Se quisiera tocar todas las puertas,
y preguntar por no sé quién; y luego
ver a los pobres, y, llorando quedos,
dar pedacitos de pan fresco a todos…
…Y en esta hora fría, en que la tierra
trasciende a polvo humano y es tan triste,
quisiera yo tocar todas las puertas,
y suplicar a no sé quién, perdón,
y hacerle pedacitos de pan fresco
aquí, en el horno de mi corazón...!
(El Pan Nuestro en Los Heraldos Negros)
José Mª Rojo
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